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Durante su mandato como vicepresidente de Ecuador, enfrentó acusaciones de corrupción, especialmente en relación con sobornos de la constructora brasileña Odebrecht, que presuntamente habría recibido para favorecer la asignación de proyectos de infraestructura en Ecuador.

Jorge Glas fue condenado a prisión en 2017 por corrupción

En diciembre de 2017, Glas fue condenado a ocho años de prisión por estos cargos de corrupción, lo que lo llevó a ser destituido de su cargo y entregarse a las autoridades. Sin embargo, logró obtener libertad condicional en noviembre de 2022 después de haber cumplido una parte de su condena.

Posteriormente enfrentó nuevos cargos relacionados con la presunta malversación de fondos destinados a la reconstrucción de la provincia de Manabí después de un terremoto en 2016. Ante la perspectiva de ser detenido nuevamente, Glas buscó refugio en la embajada de México en Quito a mediados de diciembre de 2023.

Fue condenado a ocho años de prisión por el caso de Odebrecht y a seis años por asociación ilícita en diciembre de 2017.

Su solicitud de asilo político a México desencadenó tensiones diplomáticas entre Ecuador y México, culminando en la ruptura de relaciones diplomáticas entre ambos países. A pesar de su asilo, las autoridades ecuatorianas ingresaron de forma irregular a la embajada mexicana y detuvieron a Glas la noche del viernes 5 de abril.

Actualmente, Glas enfrenta procesos judiciales en Ecuador por presunta corrupción y malversación de fondos públicos, y se encuentra bajo custodia de las autoridades ecuatorianas mientras espera ser juzgado por estos cargos.

Glas ha afirmado ser un perseguido político y ha buscado revertir los casos en su contra, argumentando que las pruebas en su contra han sido anuladas en otros países.