El estruendo de un petardo le revienta el tímpano izquierdo a una mujer policía con más de 20 años en la corporación, su cuerpo es abrumado por el calor del fuego provocado por una bomba molotov que cayó a su costado, la lumbre, su uniforme y equipo de protección convierten su cuerpo en un pequeño infierno portátil.
Pareciera que la madre de familia está en una escena de guerra, pero en realidad está recibiendo el ataque de otras mujeres en su mayoría jóvenes que se manifiestan en el marco del Día Internacional de la Mujer #8M.
«Nosotras no les hicimos nada», grita la uniformada, su voz se pierde con el sonido de cristales rotos.
Mientras la policía sostiene su escudo, otra femenina le planta un letrero enfrente con la leyenda, «no se trata que no existan amantes ni que todas seamos amigas, se trata de tener los mismos derechos».
Luego de saquear la Farmacia del Ahorro que era atendida por mujeres, quemar los accesos a la Catedral, vandalizar varios negocios y culminar con un ataque a Palacio de Gobierno, las manifestantes se retiran y planean su próxima acción, asistir al concierto de «Don Omar» y corear canciones de cosificación a la mujer.
Del otro lado, la mujer policía tiene que cumplir su jornada, y partir a su casa para estar con sus hijos, sus lesiones pueden esperar.
