En 1914, el Ejército de Emiliano Zapata y de Pancho Villa, entran a la Cd de Méx y toman Palacio Nacional

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Un día como hoy, de 1914, el Ejército Libertador del Sur de Emiliano Zapata y la División del Norte de Pancho Villa, entran a la Ciudad de México y toman Palacio Nacional, sin que ninguna autoridad se atreviera a detenerlos.

Con una fuerza de más de 50 mil trabajadores armados, los rebeldes dieron una muestra de su unión al gobierno de Estados Unidos que pretendía imponer a Venustiano Carranza como el nuevo presidente «emanado de la Revolución Mexicana».

Durante ese histórico 6 de diciembre, el campesino Emiliano Zapata demostró la convicción de su lucha al rechazar el ofrecimiento de Villa para sentarse en la silla presidencial: «Gracias mi general Villa, pero no me puedo sentar en esa silla porque está embrujada y quien se sienta pierde la razón y el sentido”, fueron las palabras del revolucionario que a diferencia de Villa, jamás pactó con ningún gobierno.

Después de esta reunión los caudillos no volvieron a encontrarse por «diferencias de ideales», según declaró Pancho Villa en una entrevista para El Universal en 1922, en la que además agregó: «La igualdad no existe ni puede exisitir. Es mentira que todos podamos ser iguales; hay que darle a cada cual el lugar que le corresponde. La sociedad para mí, es una gran escalera, en la que hay gente hasta abajo, otros en medio, otros subiendo y otros más altos. Es una escalera perfectamente bien marcada por la naturaleza y contra la naturaleza no se puede luchar amigo. ¿Qué sería del mundo si todos fuéramos generales, o todos fuéramos capitalistas o todos fuéramos pobres? Tiene que haber gente de todas calidades… Yo nunca pelearía por la igualdad de las clases sociales.»

Por su parte Emiliano Zapata, poco antes de su asesinato a traición ocurrido en 1919, sentenció: «La Nación está cansada de hombres falaces y traidores que hacen promesas de libertadores pero llegando al poder se olvidan de ellas y se constituyen en tiranos. No somos personalistas; somos partidarios de los principios y no de los hombres. La tierra volverá a quienes la trabajan con sus manos.»

En un artículo de Regeneración, publicado en 1915, el anarquista Ricardo Flores Magón, haciendo alusión a este momento histórico, y señalando esta fotografía, expresó: