🥺
En la tranquila comunidad de Xecelhá, ubicada en el corazón del municipio de Chilón, Chiapas, vivía una pareja de ancianos que, con devoción y fe, seguía las enseñanzas de la religión cristiana. Sus nombres eran conocidos por todos; eran seres humildes y bondadosos, cuyo único pecado parecía ser el de vivir con el alma abierta a su prójimo. Cada mañana, ellos caminaban juntos por su pueblo, donde sus voces se alzaban en plegarias y agradecimientos.
Pero esa paz que caracterizaba sus días se vio rota de forma desgarradora. La madrugada de hoy sábado, dos desconocidos entraron a su hogar, buscando arrebatarles las pocas pertenencias que tenían, sin saber que estaban destruyendo algo más valioso que cualquier objeto: la vida de una pareja que había resistido los embates de los años y los rigores de la vida con entereza.
Al oír el ruido de los intrusos, los ancianos se levantaron con la esperanza de ahuyentarlos. Sin embargo, el enfrentamiento se tornó violento cuando intentaron defender lo que era suyo, no solo las cosas materiales, sino la dignidad de su hogar. Los agresores, sin piedad, los atacaron hasta acabar con sus vidas.
Al amanecer, los vecinos, extrañados por no verlos en su caminata habitual, acudieron a la casa, solo para encontrarse con una escena que destrozó sus corazones. La noticia se extendió como el eco de un lamento, y pronto todos estaban ahí, unidos en lágrimas y oraciones. En vida, habían sido un refugio para muchos, y ahora, en su ausencia, dejaban un vacío irremplazable.
Las autoridades de Chiapas han prometido justicia, pero en el pueblo la herida permanece abierta. En los rincones donde solían pasear, en las bancas del templo que alguna vez ocuparon, y en los corazones de aquellos que los conocieron, queda el rastro de dos almas que, hasta su último aliento, defendieron lo que amaban. Exigen justicia.
D. E. P. ✝️🎗️
