La mujer fuerte de la independencia: Karina Barón

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Por siglos, las celebraciones de todo el mundo, los méritos, los hechos trascendentes, los reconocimientos, se le han atribuido a los hombres. Los estudios de la humanidad, por ejemplo, describen las hazañas temerarias que los hombres nómadas gestaban para sobrevivir, cargando con sus niños, sus pertenencias y, en el mismo nivel, sus mujeres.
Muchos son los casos en que la autoría de grandes obras literarias y artísticas, o descubrimientos científicos fueron presentados por hombres. Algunos por convenio con la verdadera autora, porque a las mujeres no se les permitía participar en estas actividades; muchos otros por plagio, hurto o abuso de confianza.
Los nombres de las mujeres han sido omitidos sistemáticamente.


Las mujeres que participaron en hechos históricos, como la Independencia de México, no han corrido una suerte diferente. Josefa Ortiz de Domínguez, “la Corregidora”, apelativo que se le impuso por ser esposa del corregidor de Querétaro; o Leona Vicario, de la que poco se hablaba y se omitía en los relatos comunes del movimiento de independencia.


Esta invisibilización de la mujer se ha dejado a un lado, resultado de lucha y mucho trabajo que las propias mujeres realizamos día a día. En el caso de la Independencia, tiene relativamente poco que se popularizó la historia de Leona Vicario, quien a pulso se ganó el título popular de “Madre de la Patria” o “La mujer fuerte de la Independencia”.


A Leona se le conoce por participar como espía a favor del movimiento insurgente, aprovechando su privilegiada posición social. Por enviar ropa, medicina y armas a las tropas insurgentes; por rebelarse contra su familia y casarse con un independentista declarado; e incluso por renunciar a su comodidad y unirse al movimiento independentista, viéndose obligada a dar a luz en una cueva al tiempo que la perseguían y ser apresada allí junto con su recién nacida.


El relato de su vida es apasionante. Definitivamente, Leona fue una mujer única, con mucha convicción y valentía. Pero aún cuando se le reconoce todo ello, se le mira con rol del género. No es suficiente ser valiente, apasionada, amorosa o madre.
Leona también fue una intelectual, ideóloga formidable que impulsó las ideas independentistas en periódicos de la época mediante su trabajo periodístico. También coordinó una red de correspondencia que permitía la comunicación entre las tropas insurgentes y sus familiares. Y ya consumada la independencia fundó El Federalista, durante el gobierno autoritario del conservador Anastacio Bustamante.


Como Leona Vicario, miles de mujeres participan diariamente en procesos de gran trascendencia para nuestra sociedad, y aunque su reconocimiento es insoslayable, es imperioso aprender a reconocer los méritos de cada una de ellas más allá de los roles asignados a las mujeres. El trabajo intelectual, político, social, científico, y hasta físico de las mujeres debe ser visibilizado, nombrado y valorado.