Los Juegos Olímpicos de Tokio acaban de empezar y la selección de gimnasia artística alemana llamó inmediatamente la atención por su uniforme. En el entrenamiento realizado antes de la inauguración, las deportistas dejaron de lado las tradicionales mallas que dejan parte del cuerpo descubierto y usaron un conjunto con pantalón hasta los tobillos.
El traje de cuerpo completo está contemplado en el reglamento de la Federación Internacional de Gimnasia, para atletas que por motivos religiosos no puedan usar un uniforme que muestre su cuerpo.
Pero la decisión de la selección alemana no tuvo nada que ver con la religión: fue una postura en contra de la sexualización de las deportistas femeninas, especialmente en esta disciplina que ha estado plagada de casos de abuso.
Esta no es la primera vez que el equipo aparece con pantalones. En el campeonato de Europa celebrado en abril, las gimnastas alemanas también vistieron pantalones y fueron elogiadas por colegas de otras delegaciones.
«Fue particularmente importante para nosotras predicar con el ejemplo, para alentar a otras mujeres, y especialmente a las atletas más jóvenes, a vestirse con lo que se sintieran más cómodas. Esto podría ser el amado traje corto o el de cuerpo entero. Nosotras, la selección alemana, nos reservamos el derecho a decidir, dependiendo de la situación, cómo nos sentimos más cómodas. La nueva posibilidad de autodeterminación en la elección de la ropa nos dará aún más fuerza en el futuro”, escribió la atleta Sarah Voss.
En una entrevista con Reuters, la gimnasta Elisabeth Seitz dijo que la decisión del equipo es un intento de mostrar a las mujeres que son ellas las que deben decidir qué ponerse. “Eso no significa que ya no queramos usar el traje tradicional”, explicó, “es una decisión que se toma día a día, en función de lo que sentimos y queremos. El día de la competencia, decidiremos qué ponernos”.
